En los primeros años de vida, es común celebrar con entusiasmo cada logro de nuestros hijos. Aprender a caminar, decir las primeras palabras o compartir juguetes son momentos que deseamos reforzar positivamente. Sin embargo, surge una pregunta importante: ¿Es mejor fomentar la motivación interna de los niños o depender de elogios y premios para incentivarlos?
La Diferencia Entre Elogiar y Motivar
Elogiar implica reconocer una acción o logro específico, como cuando decimos "¡Qué bonito tu dibujo!" o "¡Qué rápido corriste!". Sin embargo, los elogios, especialmente si son generales o se utilizan en exceso, pueden llevar a que el niño dependa de la validación externa para sentirse bien consigo mismo. Estos comentarios suelen enfocarse en el resultado o en la opinión del adulto, lo que puede reducir la confianza interna del niño.
Por otro lado, motivar se basa en ayudar al niño a encontrar satisfacción en el proceso y en su propio esfuerzo. En lugar de valorar solo el resultado, se destaca el trabajo realizado, la persistencia o el disfrute de la actividad. Un ejemplo es decir: "Veo que te has esforzado mucho en ese rompecabezas", lo que le enseña al niño que su valor no está ligado al éxito, sino a su esfuerzo y crecimiento personal.
La Motivación Intrínseca: Un Motor Interno
La motivación intrínseca es aquella que nace de la satisfacción personal por realizar una actividad, no por recibir una recompensa externa. En los niños pequeños, menores de 4 años, este tipo de motivación puede surgir al explorar, jugar o resolver un desafío por sí mismos.
Por ejemplo, la mamá de Lucas notó que su hijo de 3 años pasó mucho tiempo construyendo una torre de bloques. Cuando la terminó, en lugar de decirle "Eres el mejor constructor", simplemente le preguntó cómo se sentía con su creación. Lucas sonrió y dijo que se sentía orgulloso. Esta experiencia le ayudó a entender que el verdadero logro estaba en el proceso, no en la aprobación externa.
Fomentar esta motivación les ayuda a los niños a desarrollar habilidades clave como la curiosidad, la autonomía y la persistencia. Según el libro "Disciplina positiva de la A-Z" de Jane Nelsen, es importante que los niños comprendan que lo que hacen no define quiénes son, y que su valor personal va mucho más allá de sus logros.
Elogios y Premios: ¿Amigos o Enemigos?
Aunque los elogios y los premios tienen un lugar en la crianza, su uso excesivo puede ser contraproducente. Un elogio específico como "¡Trabajaste muy duro para armar ese rompecabezas!" puede ayudar al niño a identificar qué comportamientos son positivos, enfocándose en el esfuerzo más que en el resultado. Sin embargo, comentarios como "Eres el mejor" o el uso constante de premios materiales pueden hacer que los niños dependan de la validación externa para sentirse motivados.
Un estudio de la revista Child Development encontró que los niños que recibían recompensas constantes por completar tareas mostraban menos interés en actividades que anteriormente disfrutaban. Esto sugiere que depender de premios o elogios externos puede reducir la capacidad de los niños para encontrar satisfacción en las actividades por sí mismas.
Balanceando Motivación y Elogios
En ABCnMe, por medio de nuestro curriculo creativo buscamos encontrar un equilibrio entre motivar desde dentro y reforzar el esfuerzo con elogios puntuales. Fomentamos que los niños exploren y tomen decisiones por sí mismos, para que experimenten la alegría de lograr algo por su cuenta. Al mismo tiempo, reconocemos sus esfuerzos con elogios específicos, evitando el exceso de halagos o premios materiales.
Consejos para los Padres en Casa
Aquí hay algunos consejos prácticos para fomentar la motivación interna de tus hijos:
1. Elogia el Proceso, no solo el Resultado
En lugar de decir "Eres muy inteligente", di "Trabajaste mucho en ese dibujo". De esta forma, el niño aprende a valorar el esfuerzo y la perseverancia.
2. Fomenta la Exploración y la Autonomía
Ofrece a tu hijo un entorno donde pueda explorar libremente con juguetes y materiales que estimulen su creatividad, como bloques de construcción o materiales artísticos. También permite que tome decisiones diarias, como elegir qué ropa ponerse o qué juego jugar.
3. Usa Premios con Moderación
Si decides usar premios, que sean ocasionales y no una rutina. Así, tu hijo aprenderá a disfrutar del proceso de aprender, en lugar de esperar siempre una recompensa.
4. Modela la Motivación Interna
Muestra entusiasmo por tus propias actividades y comparte cómo te sientes orgulloso de tus logros personales. Esto enseñará a tu hijo a encontrar satisfacción en sus propios esfuerzos, sin necesidad de validación externa.
5. Evita Comparaciones y Refuerza la Autoevaluación
Evita comparar a tu hijo con otros niños. En lugar de decir "Mira, tu hermana lo hizo mejor", fomenta la reflexión personal con preguntas como "¿Qué te gustó más de lo que hiciste?".
6. Apoya con Palabras de Aliento
Frases como "Confío en ti" o "Sé que puedes hacerlo" son mucho más poderosas que simplemente decir "Eres el mejor". Refuerzan la confianza del niño y lo motivan a seguir intentándolo.
7. Enseña la Perseverancia con el Ejemplo
Comparte historias de situaciones en las que cometiste errores, pero seguiste adelante hasta lograr tus objetivos. Esto enseña a los niños que equivocarse es parte del aprendizaje y que lo importante es no rendirse.
Conclusión
Acompañar a nuestros hijos en su desarrollo implica encontrar el balance entre motivar desde dentro y reforzar con elogios puntuales. En ABCnMe, creemos que al permitir que los niños encuentren satisfacción en su propio esfuerzo, los ayudamos a crecer como individuos seguros y autónomos.
Motivar sin depender de premios y elogios constantes no solo les enseña que su valor es independiente de sus logros, sino que también les brinda una base sólida para el aprendizaje y el crecimiento futuro. Ayudar a tu hijo a desarrollar una motivación interna sólida es uno de los mayores regalos que puedes darle, y marcará una diferencia significativa en su vida.
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